El regreso de Mulder y Scully: Nunca es tarde cuando la dicha es buena.
Esperé a terminar los seis episodios de la nueva temporada de los X Files para escribir mis impresiones y debo decir que he quedado muy satisfecha con el trabajo que hizo Chris Carter al traer de nuevo a la pantalla a Mulder y a Scully. Supongo que la experiencia de los nuevos espectadores de la serie es totalmente diferente a la de los que vimos la serie originalmente. La verdad es que no sabía qué esperar. Sin embargo, después de ver el primer episodio, y más aún a lo largo de toda la temporada, me di cuenta de que Mulder y Scully crecieron conmigo, les tocó aprender a vivir en esta nueva era revolucionada por la tecnología, atemorizada por el terrorismo e invadida de un gran escepticismo. Las teorías conspiratorias que poblaban las primeras temporadas de la serie siguen allí, pero con un giro diferente, ya no hay que buscar las amenazas fuera del planeta, sino que están a la vuelta de la esquina. La química entre Mulder y Scully sigue intacta, pero el paso de los años le ha dado cierta solidez a su relación, que va más allá de lo romántico. Creo que Carter hizo un buen trabajo al introducir la serie a los nuevos espectadores, pero sin duda los antiguos seguidores hemos visto nuestra larga espera recompensada. Sí, es la misma música, son los mismos créditos, el mismo monstruo de la semana, las mismas conspiraciones; sin embargo, el peso del tiempo le ha dado un matiz distinto. Por ejemplo, en el episodio más aclamado de la temporada, el del Were-Monster, vimos un clásico freak of the week, gracioso y lleno de muchas referencias a la historia de los X Files, pero también observamos una mirada oscura de la condición humana, una sátira donde la tragedia no es la animalización del hombre, sino la humanización del animal, pues una criatura pura y natural se encuentra totalmente indefensa al volverse humana y tener que lidiar con el destino de ser tal. De modo que el freak of the week aquí es el hombre. Luego, tenemos el tema de William, el hijo de Mulder y Scully, cuya ausencia ha gravitado en la vida de ambos, especialmente de Scully, y es un tema que Carter parece estar preparado para abordar y que sin duda le dará otra dimensión a la relación de los dos protagonistas. Como fanática de los X Files no me sentí decepcionada: al contrario, la experiencia de volver a ver a estos personajes más de quince años después y hallarlos maduros, capaces de reírse de sí mismos, adaptándose torpemente a la realidad siempre cambiante de nuestra época, fue como reencontrarme con unos viejos amigos después de mucho tiempo. Quería creer que lo iban a hacer bien y así fue. Solo espero que la audiencia que alcanzó esta temporada sea suficiente para que continúen con la historia. Habrá que esperar.
