A tan solo unos días...

A tan solo seis días de las próximas elecciones en Venezuela, en este caso las parlamentarias, pensar en lo que se viene me produce una mezcla extraña de anticipación desalentada e ingenua esperanza. En estos días la situación de Venezuela me recuerda a una película de terror, donde el malo parece que se muere, parece que está a punto y cuando creemos que ahora sí, este reaparece para dar el último hachazo. Cuántas veces hemos esperado salir del pantano a través de elecciones democráticas. Claro, cuando lo pensamos desde un punto de vista lógico, como no, sabemos que ya la gente está harta. Y volvemos a las listas: la inseguridad, el desempleo, la escasez, la pobreza, la falta de un sistema de salud pública, la corrupción y ese largo etcétera que solo los que viven en el país, sufriendo en el pellejo los atropellos y las miserias, conocen bien.

Quién se iba a imaginar que a estas alturas del partido, muerto Chávez y devastado el país, todavía Venezuela continuaría recibiendo golpes. Entonces, es allí cuando uno se atreve a imaginar que quizás, a lo mejor, quién sabe, esta vez se logre y que no se malogre el triunfo. Y a medida que se acerca el día, esa ilusa esperanza tiembla cuando asesinan a un candidato opositor (ni hablar de otros tantos que están inhabilitados o presos), cuando Maduro, convertido en rey Midas, regala lo que el país tiene y no tiene a cambio de votos, cuando el gobierno amenaza y habla de golpes y de radicalización, de batallas y de armas, y más aún: cuando Tibisay Lucena dice que el CNE está listo. ¡A temblar se pone la esperanza!

Ojalá esta vez se tratara de simples patadas de ahogado; pero la historia, que es una buena maestra, nos ha enseñado a no subestimar el poder de la ignorancia. El próximo domingo escucharemos los últimos estertores del malo de la película o los gritos desesperados de las víctimas que incrédulamente se creían a salvo. Ya veremos…

#Venezuela #poemas