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Fear the Walking Dead

  • Alejandra Gutiérrez
  • Aug 27, 2015
  • 3 min read

Fear the Walking Dead ofrece una muy interesante experiencia para los espectadores y fanáticos de la serie que dio origen a esta precuela. Se trata del mismo universo de The Walking Dead, solo que esta historia está ubicada en Los Ángeles y en un tiempo diferente. Mientras que TWD arranca en el momento en que ya la epidemia está desatada, en FTWD vemos cómo comenzó todo. Esto pone al espectador que conoce la serie original en una posición privilegiada, que ilustra bien lo que en teatro llamamos ironía dramática: nosotros sabemos más que los personajes. Sabemos qué tan terrible son los zombis, que todos están contagiados con el virus y que básicamente el mundo se vuelve una arena post-apocalíptica donde los pocos humanos que quedan libran una batalla constante para sobrevivir en medio de una terrible desolación. Pero los personajes de Fear the Walking Dead están en la total oscuridad. Cuando poco a poco comienza a haber indicios de que algo está pasando, ninguno de ellos se atreve a creer que algo tan horrible pueda ser verdad (un tipo acribillado a tiros que se levanta como si nada, o una chica comiéndose la cara de un hombre). El efecto que esto produce es que nuestro acercamiento a los personajes sea distinto. El caso de Nick es bien particular, pues sabemos que lo que él vio y está contando es cierto, aunque ni siquiera él mismo se lo crea. Lo compadecemos de antemano porque el pobre no sospecha que eso que él cree que es producto de un subidón de heroína no es más que la antesala de una pesadilla interminable. Pero, por otro lado, también nos invade cierta sensación de superioridad derivada del hecho de que no podemos evitar, por ejemplo, pensar que la ingenua de Alycia y su sueño de largarse de allí se hará realidad, solo que por razones completamente distintas a las que ella desea. “Más vale que estés muerto” le dice en un texto al novio cuando este no se presenta a la cita que tenían. Y nosotros nos reímos porque sí, esa es la razón de su ausencia: que está bien muerto. Luego tenemos el suspenso. Con esta historia no es que no sepamos qué ocurrirá, sino que sí lo sabemos de antemano, solo que no cuándo. Por ejemplo en la última secuencia, nos encontramos a la espera del momento en que aparezca Calvin convertido en zombi, el suspenso viene de la anticipación.

Hablando un poco de las actuaciones, Kim Dickens, a quién ya conocía de Treme, está bien en el papel de una madre que es consejera de jóvenes con problemas, pero que no sabe cómo ayudar a su propio hijo. Y Cliff Curtis encarna un personaje bastante creíble, el del buen tipo con el que nos podemos relacionar fácilmente. Pero hasta ahora mi actuación favorita es la de Frank Dillane (a quién no conocía y quien me recuerda un poco a un Johnny Depp joven), que ofrece un retrato delirante de un adolescente problemático.

Hay que continuar viendo la historia para ver hasta qué punto nos interesamos por este grupo de gente. En The Walking Dead, Rick, Daryl y Carol son un trío de temer y siempre nos encontramos de su lado.

En esta serie ya sabemos que no nos podemos encariñar con los personajes, pues por la naturaleza de la historia están destinados a desaparecer de un momento a otro. Pero siempre he pensado que el día en que maten a Rick Grimes se acaba la serie. Habrá que esperar a ver si hay otro Rick, otro Daryl, otra Carol en FTWD. El temor es que no los haya.

 
 
 

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